La hípica fuera de las revistas del corazón

Muchas veces relacionamos la equitación con las grandes competiciones que se ven por la televisión, pero sólo en Cataluña contamos con más de 10.000 federados. Es decir, los centros están llenos de adultos, madres, padres, adolescentes, niños y niñas que disfrutan de la compañía de los caballos sin tener que disponer de uno propio.

Formar parte de una escuela de equitación es una forma de disfrutar de la naturaleza en contacto con los caballos, y ésa es la que se vive día a día con familias que se esfuerzan porqué sus hijos participen en una actividad que les ofrece multitud de beneficios.

Es una actividad divertida que nos permite conocer amigos y fundar una relación con un animal, estableciendo un vínculo y una comunicación muy profunda con él. Y a nivel interno es una forma única de autoconocimiento, nos enseña a poner límites y a superarnos día a día.

Sin olvidar que su práctica nos hace ser más responsables y persistentes, por cada hora de actividad montada hay como mínimo una hora de cuidados del animal. Al acercarnos a los caballos debemos estar dispuestos a ensuciarnos, a responsabilizarnos de sus cuidados, limpiar material, recoger estiércol, llevar cubos de agua, pasar calor y mojarnos bajo la lluvia. Porqué, aunque eso no se vea en las grandes competiciones, también forma parte de la hípica y de nuestra relación con ellos y la naturaleza.

La hípica no es una actividad exclusiva, pero sí es una actividad que necesita de una infraestructura de calidad para poder realizarla de forma segura y garantizando el bienestar animal lo que hace que sea una actividad costosa. Hay que dudar de lo que nos ofrecen si el precio es bajo, porque ya se puede intuir que no tiene los mismos gastos que otra actividad en la que no participen animales, haya más alumnos por clase o no necesiten una infraestructura tan amplia para practicarla. Los caballos (y cualquier animal en general) necesitan de unos cuidados continuos, más allá de la alimentación y la limpieza: el cuidado de los cascos, dentistas, veterinarios, fisioterapeutas, etc.

La hípica como actividad deportiva y de disfrute, en la que venimos a pasar tiempo con los caballos, a relajarnos y pasarlo bien, a aprender a relacionarnos con ellos, a mejorar como jinetes, a participar en rutas, en pequeñas competiciones es una actividad accesible a una gran parte de la población.

En caso de que incorporemos un caballo a nuestra familia y queramos ir más allá a nivel deportivo, sí es necesario disponer de una situación económica más acomodada para poder garantizar bienestar del animal y/o los gastos derivados. Pero si es tenaz, se tiene talento y se está dispuesto a salir de la zona de confort hay muchas opciones para crecer como jinetes sin estar en una posición exclusiva, grandes jinetes partieron de una situación poco favorable económicamente y llegaron a lo más alto, pero sí implica trabajar duro, buscar cuadras importantes donde montar caballos jóvenes y dar con buenos profesionales que te den oportunidades.

En definitiva, la hípica es una actividad que ofrece muchos beneficios, tanto a nivel personal como deportivo. No es una actividad elitista, sino todo lo contrario, es una actividad que nos ofrece a toda la oportunidad de estar en contacto con la naturaleza, de relacionarnos con un animal de forma especial, de disfrutar de un deporte sano y de conocer a mucha gente.

Comparte :

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Últimas entradas

Suscríbete a nuestra Newsletter

Ir al contenido