¿Qué nos aporta montar a caballo?

Podríamos hablar de los innumerables beneficios que nos aporta la equitación a nivel físico: Mejora el equilibrio y la coordinación, la tonificación muscular y especialmente de la espalda, adquieres conciencia postural.

A nivel emocional nos aporta desconexión, contacto con la naturaleza, liberar adrenalina o relajarnos, mejora la confianza, ayuda a hacer amigos que comparten tus aficiones, etc.

Pero todo eso nos lo pueden aportar también otros deportes, lo que fundamentalmente diferencia la equitación de otras actividades físicas es que TU COMPAÑERO ES UN ANIMAL, y eso, lo hace único.

El hecho, no solo de mantener un contacto cercano con un caballo, sino el practicar una actividad deportiva con él potencia o hace únicos ciertos aspectos:

Responsabilidad y constancia

‘Un caballo no se guarda en un armario.’ ‘Montar a caballo es cuidar.’

El cuidado del caballo es una parte fundamental e indispensable de la equitación. Por cada hora de trabajo en pista hay como mínimo una hora de cuidados del animal: cepillarle, prepararle, ducharle, engrasar los cascos, vendar, etc.

Además, esos cuidados no se pueden dejar cuando el caballo no se monta. Hay que mantener esos cuidados cuando llueve, hace sol, viento o está lesionado. Son infinitos los cuidados que se esconden detrás de este deporte.

 Vínculo

‘A un caballo no le importará lo que sabes, únicamente cuánto te importa él.’ Pat Parelli

Cuando pasas tiempo junto a un animal que tiene su propio carácter y gustos, cuidas y te preocupas de él y estas a su lado hace que te conozcas más a ti mismo.

Obviamente caballo tiene su propia personalidad, los hay más cariñosos y más ariscos, los hay más sumisos y más tozudos,… y para cada uno de ellos hay una media naranja.

Un caballo muy dócil y sumiso puede llevarse bien con una persona que se sienta más vulnerable. De la misma forma que otra persona se puede necesitar un caballo que le aporte una pizca de desafío o emoción. El aprender a relacionarnos con los diferentes caracteres de ellos nos abre una puerta de conocimiento hacia nosotros mismos.

Cómo poner límites

‘Un caballo sin respeto es tan peligroso como un caballo asustado.’

A la hora de relacionarte con un animal es imprescindible que el vínculo afectivo venga acompañado de una relación de respeto. Cuando mantienes un contacto con ellos es necesario aprender a poner límites, proteger tu espacio o corregir malos comportamientos, siempre de una forma consciente, serena y justa.

Tener clara la necesidad de poner límites y a establecerlos de una forma justa es un camino que nos ayudará toda la vida.

Autocontrol

‘La confianza de un caballo es difícil ganar y muy fácil perder.’

Muy a menudo vemos imágenes de grandes tenistas o futbolistas que descargan su frustración contra una raqueta o un balón. Una imagen así es impensable a nivel profesional en la hípica. En este deporte el autocontrol es imprescindible para ser un buen jinete. Aunque tengas un mal día, aunque tu caballo tenga un mal día, aunque las cosas no salgan como tú quieres, aunque te caigas nunca puedes permitirte liberar tu frustración con él.

Otra característica que nos ayuda a trabajar nuestra energía es que son animales muy sensibles. Lo primero que se les pide a los niños cuando están alrededor de los caballos es que no corran, no griten, etc. Es un gran ejercicio de autocontrol y empatía por su parte entender que a los caballos les afecta.

Superar el miedo

‘Si nunca te has caído de un caballo es que no has cabalgado lo suficiente.’

En la vida hay muchos tipos de miedos y, podemos decir que la equitación los reúne todos. Pero el miedo tras caerse es el más frecuente y el que más nos aporta al superarlo.

Si montas a caballo en algún momento te vas a caer. Está claro que nadie quiere caerse, pero en la vida te caes: te caes caminado, corriendo, patinando, montando en bicicleta,… y nadie deja de hacerlo. Por muy tranquilo que sea el caballo al final subirse a un animal comporta un riesgo, pueden tener una reacción inesperada, asustarse, no entender una señal que le ha dado el jinete, etc. y después de una caída puede surgir miedo y  puede ser difícil superarlo. Pero aprender a gestionar ese miedo o ansiedad, volver a establecer el vínculo con el animal, reconocer y enfrentarte a tus emociones hará que a lo largo de la vida las puedas reconocer y superar.

Como he dicho al principio, podríamos enumerar todos los beneficios que nos aporta la equitación, pero sin duda, solo hay una palabra que define la emoción de estar con ellos… pasión.

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